La Web 2.0. Consecuencias y retos para las TI
Si nos remontamos a los orígenes de la comunicación observamos que era, en principio, básicamente bidireccional y, al mismo tiempo, limitada a un ámbito reducido. Es obvio que los hábitos tradicionales no han desaparecido. Ni tan siquiera cambiado. La conversación entre dos personas como medio elemental de intercambio de información nunca se ha sustituido ni se sustituirá.
Sin embargo, los medios de comunicación masivos, especialmente los modernos, y más aún los apoyados en avances tecnológicos, han venido marcados por la unidireccionalidad.
La televisión, la radio, han supuesto un cambio drástico en la forma de entender el acercamiento a una audiencia de masas. El emisor tiene una capacidad de réplica muy reducida que, aún en el caso de existir, queda modulada por la voluntad del primero de aceptarla.
La primera generación de los servicios y aplicaciones de Internet fue una extensión de este principio. Centros servidores de aplicaciones y de datos que emitían sus contenidos, los hacían accesibles desde múltiples puntos. Eso sí, con la gran novedad que suponía la eliminación de fronteras y regulaciones.
Por supuesto que Internet no sólo trajo consigo, aparejada, esa forma de comunicación. Es imposible olvidar el estallido del correo electrónico como herramienta de máximo intercambio de información bidireccional. Pero, en ese aspecto, estaríamos extendiendo las capacidades de la comunicación entre pocos participantes. Una audiencia reducida para el mensaje generado, en suma.
La segunda generación de la Web ha supuesto una revolución con respecto a las formas de participación y su alcance. Los usuarios han empezado a escribir en los sistemas. Han querido aportar, comunicarse entre sí y además de forma que todo el mundo lo sepa. Blogs, comentarios, redes sociales, compartición de elementos de información, proliferan y se han convertido en el punto de referencia. Baste decir como ejemplo, que en dos minutos, sube a Youtube más contenido que el que las tres grandes cadenas televisivas de USA (CBS, ABC, NBC) han generado a lo largo de su historia.
Sobre una red asombrosamente extendida, ha aparecido la bidireccionalidad masiva. Y eso es completamente nuevo. Estamos asistiendo a un fenómeno sobre el que existen pocas referencias anteriores y cuyas consecuencias serán difíciles de calibrar.
Para complicar aún más el panorama, tenemos unos nuevos invitados a la “fiesta” de la comunicación. Como si de un preludio de lo anunciado en la película Terminator se tratara, las máquinas se han sumado a los nodos de participación de la red. Casi todos los fabricantes de los más variados artículos anuncian hoy en día nuevas versiones de sus aparatos que aportan la capacidad de conectarse a internet… Desde frigoríficos a cámaras de seguridad, pasando por coches o sistemas de riego. Todos emiten sus datos y reciben instrucciones de otras máquinas o sistemas. Más comunicación, más puntos de emisión en definitiva.
¿Qué papel juegan las Tecnologías de la Información en todo este nuevo escenario?
Se podría decir que las TI han sido las que han provocado el cataclismo (si así se pudiera llamar a lo que estamos viviendo). Está claro; pero la reflexión busca aspectos distintos. La cuestión propiamente dicha sería más bien plantearse un: ¿Y ahora qué?
Tres son los puntos críticos de trabajo:
1. Acercar los niveles de servicio a las expectativas de los usuarios.
Cada vez más la sociedad se fundamenta en los servicios que la red proporciona. Y estamos hablando no sólo de servicios operativos. El ocio, las relaciones personales y, ya que hemos incluido a las máquinas en la ecuación, la propia calidad de vida están implicados. Asegurar la capacidad de conexión, la cobertura de la red, la disponibilidad de la misma, la velocidad de transmisión de los datos en un mundo de miles de millones de nodos conectados, será una de las claves y al mismo tiempo un reto para las TI.
2 – Garantizar la seguridad.
¿Quién soy realmente? ¿Con quién hablo? ¿Dejo que una de tus máquinas hable con una de las mías, que además está en mi casa, que además controla los accesos a mi vivienda?
La comunicación exige la identificación y autentificación inequívoca de los contertulios para que a través de ella se pueda establecer una relación de confianza. Y eso, por desgracia, sigue siendo una asignatura pendiente en el catálogo de soluciones de las TI.
Curiosamente, los usuarios, han saltado sobre sus propios miedos y continúan expandiendo sus redes, operando con los sistemas y aportando datos. Quizás sea la demostración de que la humanidad es capaz de avanzar superando al temor.
3 – Conectar los puntos.
Comunicación es información y la información genera conocimiento. ¿Cómo generar conocimiento a partir de este incremento exponencial de la capacidad de comunicación?
Los ilustrados franceses trataron de compendiar todo el saber humano existente hasta aquel momento en una Enciclopedia. Una de sus descendientes, bastarda para no pocos, se llama Wikipedia. Por supuesto no es completa y ni mucho menos exacta, por no decir que su veracidad deja mucho que desear. Pero, ¿dónde acude el ser humano actual para saber algo sobre un tema? En primer lugar a Google, terminando con mucha probabilidad en Wikipedia.
Son herramientas que tienen sus días contados. Otras vendrán que las sustituirán. Pero el reto de las TI está realmente en cómo generar buen conocimiento a partir de esta explosión. Cómo unir los puntos de información que aparecen completamente inconexos en el mapa, al igual que aquellos pasatiempos para los niños de antaño: “Une los puntos del dibujo siguiendo la secuencia de números y obtendrás una bonita figura”.
El ser humano siempre ha necesitado comunicarse. Quiere que su palabra se escuche. Internet ha posibilitado que ese sueño se haga realidad en no pocos aspectos. El reto de las TI estará no sólo en facilitar este deseo sino en convertirlo en avance.
Autor: Carlos Fernández