Valoración de los PGE y de la SS para 2015, desde una perspectiva Empresarial
En un informe reciente, la CEOE valora de forma positiva el compromiso del Gobierno para cumplir los objetivos de déficit público y consolidación fiscal. Hace hincapié en el deterioro del saldo fiscal español, uno de los más intensos de los países europeos (de superávit de 2,0% del PIB en 2007 a déficit del -1,1% del PIB en 2009) y todavía en 2013 el déficit público español duplicaba el de la Eurozona (-3% del PIB).
Para la CEOE, la reducción del déficit público es una prioridad ante la necesidad de contener el crecimiento de la deuda pública, que superará el 100% sobre el PIB en 2015. Afirma que el sector público será uno de los más endeudados dentro de Europa, lo que además de la carga por intereses, aumentará la vulnerabilidad de la economía española ante la incertidumbre en los mercados financieros.
Otro punto que resalta la CEOE sobre los PGE 2015 es la intensificación de la consolidación fiscal y la contención del ritmo de crecimiento de la deuda pública, apoyados por el ciclo de recuperación que ha iniciado la economía española. Por estas razones abogan por un plan ambicioso de reducción del déficit público -junto al desempleo una asignatura pendiente-, que consolide e incluso intensifique el crecimiento.
En opinión de la CEOE, los Presupuestos Generales del Estado de 2015 deberían tener un doble objetivo:
1.- Impulsar el ciclo económico de recuperación y de incipiente creación de empleo.
Es el objetivo de la reforma fiscal, el Plan de Crecimiento, la Competitividad y la Eficiencia (Plan CRECE) y la política de fomento del empleo (aunque algunos aspectos no se ajustan a las propuestas de las organizaciones empresariales, como la reducción de las cotizaciones sociales o las ya comprometidas con interlocutores sociales).
2.- Ser un instrumento, junto con las reformas estructurales, para aumentar el crecimiento potencial y la competitividad de la economía española.
En 2015 aumenta la dotación para apoyar la actividad empresarial dentro y fuera de España, lo que marca un cambio de tendencia positivo aunque no suficiente; porque la cuantía todavía es lejana al nivel adecuado para situar a España cerca de los estándares europeos, como por ejemplo, en I+D+i (el gasto supone el 1,27% del PIB frente al 2,07% en la Unión Europea). Otro ejemplo, el ámbito industrial: España está lejos del objetivo europeo del 20% del PIB en 2020.
La CEOE insiste en que el progreso en consolidación fiscal no debe dificultar el avance en la reforma del sector público -las mejoras están incluidas en el Informe CORA-, pero sigue echando de menos medias de carácter estructural dirigidas a la sostenibilidad del gasto permanente, para que la Administración Pública sea más eficiente y productiva.