¿Se oscurecen las perspectivas para la economía china en los próximos 5 años?
Mientras los líderes mundiales se reunían en Pekín a principios de noviembre en una “cumbre asiática”, los economistas globales continúan examinando el crecimiento de China en el medio plazo en busca de signos de debilidad. Estos están ahí, particularmente en el medio plazo, pero si el régimen de Xi Jinping convence a los escépticos, serán difíciles de ver.
No hace mucho tiempo China fue reconocida a como la economía que se convertiría en la mayor del planeta para el año 2020. Sin embargo, después de años de crecimiento de dos dígitos, se pronostica un ligero descenso del 6% para 2020. Las tasas de crecimiento del PIB real de China se han mantenido por encima del 7% desde 1981, en todos los trimestres excepto en el cuarto de 2001 (el punto más bajo de la crisis digital) y en el primero de 2009 (el mayor pico de la crisis financiera). El crecimiento anual también ha sido superior al 7% todos los años, excepto durante la crisis política y sus secuelas en 1989-90. Así, la cifra del 7% todavía parece inalterable para algunos expertos y el liderazgo de China no parece preocupar, a tenor de las cifras del PIB, por lo que se da a entender que el empleo es lo que realmente preocupa.
Escepticismo americano sobre China
Algunos economistas -particularmente los americanos- son cada vez más escépticos a medida que se conoce el alcance del daño ecológico de China, la mala asignación de capital y el riesgo de la deuda. Algunos ponen en duda ese 7%, que es la tasa de crecimiento anual a la cual una economía puede duplicar su tamaño en una década. De hecho, la Conference Board emitió un documento en octubre de 2014, proyectando un crecimiento medio anual del PIB real del 5,5% para China en el periodo 2015-20 y del 4% para 2020-25, anticipando una recesión sectorial y regional. El ex asesor económico presidencial, Lawrence Summers –co-autor de un artículo de Harvard-, argumentaba que a pesar de todo lo que millones de regresiones econométricas académicas tratan de demostrar, el crecimiento vuelve a la media. Eso se traduce en un crecimiento anual del 2%, a nivel mundial, y un 4% para China, después de 32 años de super-crecimiento.
Análisis de factores
La demografía china es preocupante. La contribución de la población en edad de trabajar ya es negativa y a mediados de la década de 2020 el muro demográfico derivado de la “Política de hijo único” de 1978 golpeará con fuerza redoblada, con lo que la fuerza de trabajo se contraerá anualmente más de un 1%. De hecho, se prevé que la reciente y modesta flexibilización de la política gubernamental no sea suficiente. Por otra parte es discutible la reforma para impulsar la productividad total, ya sea por el inexplicable crecimiento residual de capital o de mano de obra. A pesar de las ambiciosas metas orientadas hacia la economía del Tercer Pleno del Partido Comunista chino de 2013, la inercia que permitió que el sector público monopolizara tantas oportunidades, incluyendo el acceso al capital en los últimos 15 años, sigue teniendo una gran fuerza en la actualidad.
El alcance de la campaña anticorrupción del Presidente Xi muestra ahora lo fuertemente interconectada que está la economía con los privilegios. Ningún modelo econométrico puede predecir un resultado político matizado, el cual ha sido evidente durante años. La contribución desde la reforma es desconocida, pero en la red están generales retirados chinos, los cargos más altos de Seguridad Pública, y los pesos pesados de la economía y funcionarios locales.
China tiene aún baja dotación de capital en comparación con los EE.UU., y otros casos de éxito en Asia. Por un lado las adecuadas inversiones en automatización, energía y eficiencia de recursos, recuperación ecológica, salud, logística, comercio electrónico y pequeñas empresas deberían dar sus réditos, dando credibilidad a esta política. Por otra parte, una gran cantidad de capital mal asignado en sectores sobreexplotados como el acero y el sector inmobiliario residencial y comercial, tendrá que depreciarse. Para D&B el mejor de los escenarios para el sistema financiero chino sería un shock suave, cuya magnitud sería equivalente a la crisis de ahorros y préstamos de Estados Unidos de 1980-1994.
¿Un ciclo económico más violento?
Incluso los escépticos suponen que el crecimiento promedio para China en 2015-20 o 2015-30 será una cifra importante. Pero, ¿cómo variarán las series? Para 2015-17 la economía se verá obligada a digerir los efectos negativos de los rescates de gobiernos locales y las inversiones injustificadas realizadas en el período anterior. Es por este motivo que desde hace al menos un año, la desaceleración del crecimiento hasta cifras por debajo del 7% no parece imposible.
La contracción del 4% del valor añadido industrial en el primer trimestre de 2009 fue llamativa. Por lo tanto, cualquier volatilidad en la producción entre 2014 y 2020 deberá estar por debajo de esta cifra. Sin embargo, para repetir este escenario tendrían que combinarse la espiral de contagio de las quiebras en el sistema financiero chino, un masivo shock de oferta negativo por factores hidrológicos o un período de aversión global al riesgo comparable a las crisis del euro a principios de la década de 2010.
Durante años en la década de los 2000 y posteriormente a 2008, las decisiones de negocio han tenido poca relación con las perspectivas de negocio o ventajas competitivas. Como resultado, en 10 años algunos sectores reducirán a la mitad su tamaño actual, mientras que las provincias carboníferas del norte y las provincias del delta del río Yangtze se enfrentarán a una serie de difíciles años ‘perdidos’.
Mientras tanto, la aceleración del crecimiento posterior a 1982 de Corea del Sur muestra que el contexto y el adecuado mix industrial pueden propiciar más progresos, incluso después de décadas de difícil crecimiento. En una década, los sectores apropiados en China todavía podrían duplicar su tamaño, posiblemente a costa de Corea del Sur.
Isaac Leung es economista senior en el equipo de Datos Global Insight&Análisis. Con sede en Reino Unido, cubre China, India y otras partes de la región Asia/Pacífico como colaborador de D&B Macro Market / Country Insight Products.
Sus áreas de interés incluyen la economía marítima. Ha estudiado en la Universidad de Cambridge y en la London School of Economics.
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