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A fondo

El riesgo de incumplimiento aumenta a medida que se acerca la implosión de la economía venezolana

30 marzo, 2015

La trayectoria que está llevando a Venezuela a la implosión económica está obligando, a los dueños de bonos y empresas que operan en el país, a revisar su estrategia de inversión. Grandes empresas estadounidenses que operan en Venezuela, entre las que se encuentran Coca Cola, Ford, Procter&Gamble y Direct TV consiguieron el año pasado beneficios por debajo de lo esperado, ya que el bolívar se desplomó frente al dólar estadounidense. Con paulatinamente más presión a la baja sobre la moneda y menos dólares disponibles, las empresas extranjeras son propensas a ver márgenes más estrechos en 2015 debido a un entorno empresarial cada vez más desafiante.

Por otra parte, la caída en los precios del petróleo venezolano, a 39 dólares americanos por barril en enero de 2015 -desde 100 en junio 2014-, ha aumentado considerablemente los riesgos de incumplimiento. El pago de los intereses de los bonos que vencen este año se estima en 10 mil millones de dólares, pero las reservas internacionales se han reducido a un mínimo histórico de 22 mil millones de dólares debido a la posterior caída de la producción de crudo y los precios más bajos del petróleo.

Los riesgos políticos también son altos, ya que el Presidente Nicolás Maduro intenta mantener a raya las señales de descontento social que amenazan con desencadenar una oleada de protestas públicas violentas, similares a las de febrero de 2014. Así, el presidente tiene una difícil decisión: utilizar las reservas escasas de divisa extranjera para aliviar la aguda escasez de alimentos y otros bienes básicos, o pagar a los acreedores extranjeros.

Hasta ahora Venezuela ha cumplido con sus obligaciones de deuda, a pesar de estar acusando una alta inflación -ahora en el 64%-, protestas multitudinarias, y escasez de productos de primera necesidad. La caída de las reservas de divisa extranjera también ha obligado a las empresas, incluidas las del sector de automoción, a reducir producción y despedir personal.

Contracción económica

venezuela economía caracas implosión riesgoLa reducción de la economía en un 4% en 2014 y la esperada reducción del 7% este año, hará que los consumidores se frustren, comenzando a salir a las calles, ya que se sumará a una inflación galopante y escasez de alimentos. Por otra parte, los dueños de títulos en moneda extranjera mantienen cierta preocupación debido la capacidad del gobierno para pagar su deuda, a pesar de que a principios de año ha efectuado un pago de 70 millones de dólares de intereses correspondiente a los Bonos Globales 2034. La creciente preocupación por el incremento del riesgo de incumplimiento venezolano, ha repercutido en el rendimiento de los Bonos Globales 2027, que han llegado a su valor máximo desde 2009.

La capacidad de Maduro para satisfacer simultáneamente los compromisos internos y externos está en un punto crítico, a pesar de que el Estado está siendo capaz de negar a sus ciudadanos los bienes básicos con el fin de cumplir con las obligaciones de la deuda externa. En enero el presidente anunció cambios en el sistema de divisas que no son adecuadas para corregir la sobrevaloración del bolívar y que da indicios para una reducción/eliminación del subsidio de combustible. Los cambios fueron envueltos en planes para expandir el gasto social mediante el aumento de becas para estudiantes, aumento de salarios y la construcción de 400.000 nuevas viviendas para los más desfavorecidos. Si se implementara, estos movimientos mantendrán la economía firmemente en su espiral descendente.

Dependencia del petróleo

Reestructuración, por tanto, que no puede descartarse si las reservas de divisa extranjera se deterioran aún más, ya que los ingresos del petróleo representan el 95% de las reservas de divisas de Venezuela y casi el 50% de los ingresos del gobierno.

Entre las complicadas opciones disponibles para Maduro:

  • Incumplimiento de pago de los bonos PDVSA por parte del gobierno y de la empresa petrolera estatal de Venezuela.
  • Incumplimiento de pago sólo de los bonos del gobierno, mientras se cumple el pago de los intereses de bonos PDVSA, dada la excesiva dependencia del estado de los ingresos petroleros. La opción más apetecible para Venezuela.
  • Extensión de los vencimientos de uno o ambos conjuntos de bonos.
  • Repudio de deuda.

El rotundo rechazo a pagar es el peor de los escenarios; sin embargo existe otra preocupación debido a la agitación sociopolítica que está amenazando con un posible derrocamiento del gobierno de Maduro. Por ahora, no se puede descartar ninguna casuística.

 

Michelle Campbell, economista principal en el Equipo de Global Data, Insight & Analytics de D&B. Con sede en el Reino Unido, cubre la región latinoamericana para el Macro Market / Country Insight Products de D&B. Además de su experiencia en el sector de servicios financieros, Campbell ha trabajado como profesora visitante en el Reino Unido y en el Caribe.

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