Suiza: cuando ser un refugio seguro se convierte en una maldición
Suiza sigue siendo uno de los mejores países del mundo para hacer negocios. Sin embargo, el valor del franco suizo se ha disparado con la caída del euro, lo que causa problemas financieros para esta pequeña nación cuyos principales socios comerciales son los vecinos países europeos.
Primero las buenas noticias: Suiza se encuentra entre las economías más avanzadas del mundo, gracias al bajo nivel de desempleo, a su superávit fiscal y a la excelente infraestructura y salud del sector financiero. De hecho, el país encabeza de nuevo este año el Índice de Competitividad del World Economic Forum, manteniendo su primera posición durante seis años consecutivos.
En el Informe Doing Business 2015 del Banco Mundial, Suiza ocupa una fuerte 20ª posición de entre más de 180 economías estudiadas. Por eso Dun&Bradstreet asigna a la nación una Calificación de Riesgo País DB2b, una clasificación únicamente por debajo de seis países. Mientras tanto, en mayo, el desempleo suizo se situó en el 3,3%, mientras que la media de la zona euro fue del 11,1%. (El desempleo en EE.UU. se situó en el 5,5% a partir del 2 de julio).
El gobierno suizo no ha incurrido en déficit fiscal desde 2007. Sin embargo, la mejora de infraestructuras incluye el túnel más largo del mundo. Además, estrictas leyes de secreto bancario siguen haciendo del país un refugio seguro para los inversores internacionales, además de muy atractivo para el sector financiero nacional.
En cuanto a las malas noticias, la sobrevaloración del franco suizo representa una amenaza para la economía suiza. El franco saltó de 1,48 francos por euro a principios de 2010 a 1,20 francos por euro a mediados de 2011. A medida que el sector de fabricación suizo orientado a la exportación y el importante sector turístico del país comenzaron a perder su competitividad de precio internacional, el Banco Nacional de Suiza (el banco central del país) introdujo un límite máximo de tipo de cambio en septiembre de 2011. Posteriormente, el franco se mantuvo estable frente al euro y el crecimiento del PIB real ha sido de un 1,7% de media desde 2011 hasta 2014.
Pero a medida que la situación en Grecia se agravó a principios de 2015 y el Banco Central Europeo adoptó un esquema de flexibilización cuantitativa, la política suiza ya no fue sostenible. En una noche el banco central elevó el máximo de tipo de cambio y el franco alcanzó la paridad frente al euro. Desde entonces, se ha reducido un poco y se cotiza aproximadamente a 1,05 francos por euro. Aunque los acontecimientos en Grecia pueden presionar más al euro y no se descarta la paridad.
Los resultados para la economía nacional suiza son múltiples, de hecho, las tasas de insolvencia ya han aumentado sustancialmente. Datos propiedad de la red mundial de Partners Bisnode de Dun&Bradstreet muestran un aumento anual en la quiebra de empresas en mayo del 16% y otro correspondiente al 19% en abril.
Ha caído un 15% en el último año –considerando el primer trimestre- la pernoctación hotelera de los visitantes de la eurozona, como consecuencia de la fortaleza del franco y el clima cálido (que impacta negativamente a las estaciones de esquí de Suiza). En este contexto, Dun&Bradstreet espera que el PIB real crezca sólo un 1% este año, la mitad de la tasa que alcanzó en 2014. De esta forma, el riesgo de insolvencia en el sector turístico (especialmente hoteles y restaurantes) se mantendrá alto. Dun&Bradstreet también recomienda vigilar el riesgo de contraparte del sector manufacturero. Como resultado de esta tendencia, Dun&Bradstreet ha rebajado recientemente la calificación de riesgo del país de DB2a a DB2b.
A pesar de los riesgos asociados a pagos y créditos -más elevados de lo normal- y el crecimiento -por debajo de lo habitual-, la fortaleza del franco crea oportunidades: Dun&Bradstreet espera que las importaciones permanezcan firmes de cara a 2015-16. Con un PIB real per cápita de más de 85.000 dólares y el pleno empleo casi alcanzado, los exportadores del país pueden esperar una sólida demanda de bienes de consumo duradero, además de otros productos. Tal demanda contrarrestaría, al menos parcialmente, los efectos negativos de una apreciación fuerte de la moneda.
Después de haber trabajado previamente para el Parlamento Europeo en Bruselas, Markus Kuger se unió a la oficina de D&B en Marlow, Reino Unido en junio de 2010. En su papel como Economista Senior en el equipo Macro Market Insight, Kuger escribe sobre su país de origen Alemania, así como de Reino Unido, Francia, los Países Bajos y Polonia.