Economía circular
Definición de economía circular
Tal como indica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la economía circular se define como aquella que maximiza los recursos disponibles, tanto materiales como energéticos, para que permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo.
Dicho de otro modo, economía circular sustituye el ciclo típico de fabricación, uso y disposición por la mayor reutilización y reciclaje posibles. Cuanto más tiempo se usan los materiales y los recursos, más valor se extrae de ellos.
Este modelo de producción y consumo implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar y reciclar cualquier producto o material tantas veces como sea posible, creando un valor añadido al alargar su ciclo de vida útil. Realmente, la economía circular conlleva la reducción de los residuos al mínimo.
Se trata de un esquema económico que rompe la necesidad continua de nuevos recursos para producir bienes y servicios y a la vez un cambio de actitud respecto al consumo y al desperdicio de energía, agua y materias primas. Hablamos de un modelo circular de producción y consumo en el que se conserva los recursos naturales.
Circular VS lineal
Ahora que ya conocemos la economía circular, podemos afirmar que se contrapone al modelo tradicional lineal, basado en el usar y tirar o en “tomar-fabricar-consumir-eliminar”. Este paradigma económico se basa en que tanto la producción como la demanda son constantes y los recursos naturales y energéticos infinitos.
Primero se extraen unas materias primas, luego dichas materias se modifican o refinan, posteriormente se fabrica un producto de manera industrial y, finalmente, el producto es adquirido por un consumidor. Pero el proceso no termina aquí, ya que el consumidor deja de utilizar el producto adquirido, que se convierte en un residuo. Este sistema es como una línea con un principio y un final.
La economía lineal es agresiva con el medio y agotará los suministros materiales y energéticos. Y no olvidemos que, por la alta demanda de materias primas, los precios se incrementan permanentemente, desmotivando la inversión en mejores técnicas de extracción y utilización de materiales.
De hecho, el Banco Mundial emitió un informe en 2018, en el cual afirmaba que los desechos a nivel mundial crecerán un 70 % para 2050, a menos que se adopten medidas urgentes. “La mala gestión de los desechos está perjudicando la salud humana y los entornos locales, agravando al mismo tiempo los desafíos que plantea el cambio climático”, afirmó Laura Tuck, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.
El futuro es circular
Uno de los motivos para avanzar hacia una economía circular es el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos. Muchas de las materias primas básicas son finitas y, como la población mundial crece, la demanda también aumenta.
Y otro motivo de peso es el impacto climático. Con el modelo actual, la extracción y uso de algunas materias primas conlleva un incremento del consumo energético y de las emisiones de CO2, ambos de graves consecuencias medioambientales.
Sus beneficios
Según el Parlamento Europeo, medidas como la prevención de residuos, el diseño ecológico y la reutilización podrían generar ahorros netos de 600.000 millones de euros, o un 8% del volumen de negocios anual, para las empresas de la UE, al tiempo que reducirían las emisiones totales anuales de gases de efecto invernadero entre un 2 y un 4 por ciento.
La reducción de la presión sobre el medio ambiente, la mejora de la seguridad en el suministro de materias primas, una mayor competitividad, innovación, crecimiento y empleo serían otros beneficios de la economía circular.
Desde el punto de vista de los consumidores, beneficiarse de productos más duraderos e innovadores, que brinden ahorros monetarios y una mayor calidad de vida, son cuestiones nada despreciables.
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