El papel de China en el comercio mundial
A estas alturas ya no queda nadie que dude que China será uno de los grandes protagonistas de este siglo. El enorme potencial que representan sus más de 1.200 millones de habitantes (más del doble del total de la Unión Europea). Tanto en términos de productor como de consumidor, seguirán modificando el panorama del comercio mundial en las próximas décadas.
Dado que ningún proceso de internacionalización está exento de escollos, resulta fundamental contar con la mejor información. Tanto sobre el país al que pretendemos dirigirnos como sobre las empresas con las que mantenemos una relación comercial. En este sentido, la D&B; Worldwide Network cuenta con información de más de 7 millones de empresas chinas. Así como información de Riesgo País que le ayudarán a tener un conocimiento profundo del mercado y de la situación del país, incorporando estos factores a su análisis de riesgos.
Situación actual: Un breve resumen del comercio en China
- La demanda. China es una economía emergente cuyas necesidades varían rápidamente a medida que aumenta el poder adquisitivo de parte de su sociedad y se van desarrollando las infraestructuras del país. Simplificando muchísimo, podemos decir que habrá más mercado para bienes manufacturados, mientras que las necesidades de materias primas pueden variar inmensamente en pocas décadas.
- Los socios comerciales. China mantiene estrechos lazos comerciales con un gran número de países. Muchos de estos socios empiezan a desarrollar una gran dependencia de la economía China, al igual que muchas economías latinoamericanas dependen de EEUU, por ejemplo. De hecho, las empresas gubernamentales chinas están construyendo un gran número de infraestructuras, para que muchos de estos socios puedan producir y exportar los productos que China necesita.
y el % del PIB que representan estas exportaciones
- Las reglas del juego. Si bien el panorama empresarial chino se compone de una amalgama de pequeñas empresas privadas, éste se está transformando rápidamente, con una marcada tendencia a la concentración con el fin de conseguir economías de escala. En este sentido, el Gobierno chino apuesta por la creación de una serie de “Campeones Nacionales” de titularidad pública, al estilo de Siemens o Petrobras. Aunque de momento las inversiones extranjeras no corren peligro, es de esperar que en un futuro próximo el Gobierno barra para casa en sus decisiones sobre el mercado.
El futuro: ¿Qué va a pasar?
- La moneda. Recientemente se han detectado esfuerzos por parte del Ministerio de Comercio para evitar cualquier revaluación del yuan. Con esto se pretende apoyar a los exportadores chinos a que sus exportaciones sigan siendo competitivas. Por lo tanto, se espera que el yuan se mantenga en los niveles actuales a lo largo de 2011.
- El comercio mundial. China continuará transformando los patrones del comercio internacional en la próxima década gracias a sus inmensas necesidades de materias primas. La “chinodependencia” que mencionada antes es un arma de doble filo: puede suponer una importante oportunidad de desarrollo para los socios de China, pero también un peligro.
- El coste del trabajo. Como buena economía emergente, el enriquecimiento nacional va pasando paulatinamente a la población. En este sentido, los trabajadores chinos empiezan a ejercer una presión efectiva sobre sus empresas. Y no sería descabellado pensar en aumentos superiores al 15% en los salarios durante los próximos años. En general, las empresas no deberían tener muchos problemas para absorber estos costes y mantener su competitividad, habida cuenta del bajo nivel de los salarios chinos actuales, por lo que no es de esperar que la inversión extranjera huya a otros países. El aumento de salarios supondría en todo caso un cambio en la estructura financiera de la empresa, con repercusiones tanto en las empresas chinas como extranjeras.
- Las oportunidades de negocio. El previsible aumento del poder adquisitivo supondría a su vez un incremento en la demanda de bienes de consumo, abriendo un nuevo espacio a las manufacturas extranjeras.
A la vista de estos datos, puede que las previsibles oportunidades en el mercado chino nos tienten lo suficiente como para plantearnos una introducción en el mismo. Personalmente creo que estas oportunidades pueden y deben aprovecharse.
Existen varias formas para llegar a este fin. Dependiendo de las características de nuestra empresa y de nuestro grado de compromiso con el proyecto, deberemos elegir una u otra. En próximos posts hablaré de estas fórmulas, que nos permitirán aprovechar el crecimiento de China.
Autor: Sebastián Sánchez