Gerardo Cuerva, presidente de CEPYME: «Los poderes públicos deben dar prioridad a las pymes a la hora de legislar»
Gerardo Cuerva es ingeniero industrial y consejero delegado de Grupo Cuerva, conjunto de empresas que desarrollan actividades del sector energético desde hace más de 70 años abarcando distintas áreas de generación, distribución y comercialización de energía eléctrica, y realizando otras funciones importantes en la instalación y conservación de infraestructuras. Paralelamente mantiene los cargos de Presidente de CIDE, Asociación de pequeñas distribuidoras-productoras de energía eléctrica, Diselcide y Presidente de CHC Energía, además de pertenecer a diferentes consejos de administración en distintas empresas. Hace más de doce años que mantiene relación con las organizaciones empresariales.
El actual presidente de CEPYME, ha sido Vicepresidente de CEPYME, (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa). Es miembro de la Junta Directiva de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), y además es Vicepresidente de la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía).
Desde noviembre de 2006 es el Presidente de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE) y desde el 2014 también es el Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Granada.
Su continuada dedicación al mundo empresarial ha convertido a Gerardo Cuerva en un conocedor profundo de las empresas y las organizaciones.
- ¿A qué retos se enfrentan las Pymes para próximos años?
Uno de los principales va a ser, sin duda, la digitalización, que está afectando a todos los ámbitos de nuestra actividad personal y profesional y a la que las empresas no pueden ser ajenas, porque en él se juega su propia competitividad y la de nuestra economía.
Además, es preciso continuar con el pulso reformista que ha contribuido decisivamente al dinamismo que observamos hoy. No debemos olvidar que, a pesar de la evolución positiva de la economía española, aún con alguna incertidumbre, restañar las profundas cicatrices de la crisis costará todavía un tiempo y la continuidad de la actual fase de crecimiento económico y del empleo es esencial para consolidar la recuperación de las pymes y la mejora de la competitividad.
Las empresas de menor dimensión siguen enfrentándose a la urgente necesidad de afrontar un cambio estructural de los mercados, fundamentalmente exteriores, que les aporten nuevas oportunidades de desarrollo y consolidación de negocio.
Pese a que a lo largo de estos años las pymes han experimentado una gradual recuperación tanto de las ventas como de sus márgenes, la rentabilidad sobre los recursos propios se sitúa aún lejos de la rentabilidad de las grandes empresas, e incluso de la que tenían las propias pymes en el periodo anterior a la crisis. Es imprescindible que las pymes puedan aumentar estas ratios de rentabilidad si quieren ampliar su capacidad productiva, ganar dimensión y dirigirse hacia otros mercados.
Todos estos esfuerzos, además, deben ir acompañados por continuas reformas estructurales que impulsen el aumento de la tasa de crecimiento potencial de la economía española y, en particular, aquéllas que mejoren el entorno en el que operan las empresas de menor dimensión.
- La digitalización y la rápida transformación crea en las empresas la necesidad de adaptarse a ella. ¿Cómo afrontan las Pymes este escenario?
Como comentaba, la digitalización es uno de los principales retos para las pymes. Para afrontarlo es preciso, por un lado, un cambio de mentalidad por parte de las propias empresas, convenciéndose de la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías en todos los procesos productivos. Pero es igualmente preciso un marco que favorezca esta transformación, poniendo al alcance de las empresas las herramientas, incentivos e información que contribuyan a facilitar la incorporación de las nuevas tecnologías y la digitalización de las pymes.
Además, las nuevas tecnologías van a cambiar el mundo del trabajo; de hecho, ya lo están haciendo. Algunas profesiones van a desaparecer tal como hoy las conocemos y van a aparecer otras nuevas, cuyo alcance y cometidos apenas somos capaces todavía de vislumbrar. Todo ello supone un cambio radical en las relaciones laborales que trabajadores y empresarios tenemos que ser capaces de asumir y afrontar con responsabilidad y amplitud de miras, para aprovechar las nuevas oportunidades de negocio y de progreso, que redundarán en beneficios mutuos.
- ¿Qué nuevas ideas tiene para CEPYME?
Principalmente, seguir impulsando y consolidando la organización como el interlocutor social representativo de las pequeñas y medianas empresas y lograr que sea cada vez más fuerte y eficaz en la representación y defensa de los intereses de las empresas de menor dimensión, ofreciendo al mismo tiempo servicios acordes con las necesidades que demandan nuestras empresas. En definitiva, seguir trabajando para mejorar el marco en el que se desenvuelven las pymes, para hacerlo atractivo al surgimiento y desarrollo de actividades empresariales, que son las que en definitiva generan riqueza y empleo. Y eso, en un país como el nuestro, en el que más del 99% de las empresas son pymes, requiere que los poderes públicos conozcan perfectamente la realidad de estas empresas y les den prioridad a la hora de legislar.
- ¿Qué hace a CEPYME atractiva como asociación empresarial?
Quiero pensar que la eficacia de nuestro trabajo en la defensa de los intereses de las empresas de menor dimensión. Una labor que es posible gracias al modelo organizativo que tenemos en España, que permite que todas las empresas, con independencia de su dimensión o sector de actividad, estén representadas en una organización empresarial que, a su vez, se integra en otra de mayor ámbito y, finalmente, en la Confederación nacional. Todas ellas, a su vez, estamos integradas en CEOE, de manera que se logra una unidad empresarial que nos hace a todos más fuertes y más eficaces en la defensa de los intereses comunes.
El teletrabajo es uno de los efectos de la digitalización y de las nuevas tecnologías aplicadas al mercado laboral; una modalidad de trabajo que facilita en buena medida la conciliación de la vida laboral y personal.
- El sector energético está en el primer plano de la actualidad, debido a factores como el precio de la luz. ¿Cuál será el futuro del mismo?
La energía es un insumo cuya repercusión es muy importante en las cuentas de las empresas, convirtiéndose en un determinante de la competitividad empresarial. En determinados sectores, los costes energéticos representan un elevado porcentaje de sus consumos intermedios (como es el caso de las actividades extractivas, química y cemento, transporte y comercio al por menor) y, en la economía general, estos costes representan un 6% del total de consumos intermedios que, a su vez, vienen a ser la mitad de la facturación total de las empresas. Por su parte, una tercera parte de las pymes revelan que los costes energéticos son una de las barreras más determinantes de su desempeño y crecimiento.
Europa está involucrada en la más eficiente interconexión energética posible dentro del mercado único, pero las barreras nacionales siguen siendo fuertes y el progreso de esta integración es más lento de lo deseable. Esta interconexión aseguraría la homogeneización a la baja de los precios de la energía para todas las empresas europeas y beneficiaría especialmente a las pymes españolas, puesto que los precios de la electricidad y del gas han crecido más en la Unión Europea que en otras áreas económicas. Éstos, además, se ven muy condicionados por los impuestos y los costes regulados.
En términos de intensidad energética, se ha producido un fuerte proceso de convergencia entre las principales economías, particularmente en Europa, donde los Estados miembros han sido capaces de reducir sus intensidades energéticas. Las empresas, especialmente las pymes, deben perseverar en la eficiencia en el uso y la sustitución de inputs energéticos hacia aquellos que resulten menos onerosos teniendo también en cuenta el creciente coste derivado de la internalización de los efectos medioambientales de las energías fósiles.
No obstante, a pesar de los esfuerzos realizados en este ámbito, el aumento del precio de la electricidad asociada a la regulación y a la imposición está impidiendo rentabilizar convenientemente las costosas inversiones que acometen las empresas de menor dimensión para la mejora de la eficiencia energética de sus procesos productivos.
- Estamos en pleno año electoral, y a nivel empresarial también ha habido bastantes cambios recientes en instituciones como CEOE, CEPYME, CONFEMETAL, COCEM, etc. ¿Necesitan las instituciones mayor capacidad de renovación?
La renovación de las instituciones es siempre aconsejable, para dotarles de un nuevo impulso en la gestión. En el caso de las organizaciones empresariales, la mayoría tienen establecidos en sus Estatutos un límite de dos mandatos, lo que garantiza esa renovación en el medio plazo. Esto explica los cambios que se han producido en muchas de las organizaciones que me menciona.
- ¿Qué opina del teletrabajo?
El teletrabajo es uno de los efectos de la digitalización y de las nuevas tecnologías aplicadas al mercado laboral; una modalidad de trabajo que facilita en buena medida la conciliación de la vida laboral y personal. Pero hay que tener en cuenta que el teletrabajo tiene también sus limitaciones, y hay sectores de actividad en los que por su propia idiosincrasia, no es posible aplicarlo.
Es necesario adoptar un enfoque múltiple para ofrecer vías reales de conciliación para mujeres y hombres.
- ¿Qué objetivos faltan por conseguir en materia de conciliación laboral en el caso de las Pymes?
Al hablar de la conciliación se debe tener en cuenta que no todas las empresas disponen de los mismos márgenes organizativos y no son comparables las posibilidades que puede tener una empresa de gran tamaño frente a una pyme o una microempresa, que no disponen de los mismos recursos para hacer frente a las distintas situaciones de conciliación. No impacta igual ni tiene las mismas consecuencias una reducción de jornada en una empresa de 50 trabajadores que en una empresa de cuatro, por ejemplo. Entran a menudo en conflicto esos intereses cruzados con los de otros trabajadores de la empresa que, sin duda, requieren también de respeto y protección.
Asimismo, las peculiaridades de cada sector también tendrían que tenerse en cuenta a la hora de adoptar estas medidas, pues cada uno se configura de manera diferente y presenta características propias.
No obstante, es importante clarificar que la necesidad de conciliar no es exclusiva de las mujeres y que elementos como la corresponsabilidad en el ámbito doméstico y de cuidados de la familia son imprescindibles.
Es preciso, por tanto, reenfocar la actual situación, evaluando e incluso revisando aquellas medidas obligatorias vigentes que no pueden atender a una realidad heterogénea empresarial, debiéndose apoyar y fomentar la negociación colectiva y la capacidad de cada empresa para determinar las soluciones adecuadas, dentro de las especificaciones de cada sector de actividad y del tamaño de las mismas.
Es necesario adoptar un enfoque múltiple para ofrecer vías reales de conciliación para mujeres y hombres. La conciliación no debe basarse sólo en la herramienta de permisos, excedencias y reducciones de jornada que aportan rigidez a la organización de las empresas y perjudican el desarrollo profesional y la participación laboral de los trabajadores, con las consecuencias que de ello se derivan. Es preciso impulsar medidas y herramientas que favorezcan una conciliación racional y coherente, buscando el equilibrio entre las necesidades de la empresa y las de los trabajadores, y sin olvidar el papel de la formación y del sistema educativo. Hay que comenzar con la sensibilización y conciliación desde las etapas educativas más tempranas.
- Tiene experiencia en el mundo empresarial desde hace muchos años. ¿Qué recomendaría a todos aquellos empresarios que empiezan en esta aventura?
Que se formen convenientemente, que afiancen su idea empresarial, elaboren un completo plan de negocio y busquen el asesoramiento y el respaldo financiero adecuado. Y, sobre todo, que tengan auténtica vocación empresarial, que estén dispuestos a asumir riesgos y, si es preciso, a fracasar, para ser capaces de remontar de nuevo. Esa es, en buena medida, la esencia del empresario.
En este sentido, desde CEPYME consideramos esencial fomentar las vocaciones empresariales y, para ello, es preciso mejorar la imagen y el reconocimiento social de los empresarios, impulsando un conocimiento real de la labor que desarrollan, como principales impulsores de la riqueza y el empleo. Paralelamente, es preciso que este reconocimiento cale en toda la sociedad y se transmita desde las primeras etapas escolares, presentando a los más jóvenes la actividad empresarial como una salida profesional más, incentivando su creatividad, su capacidad de innovar y de asumir riesgos y prepararlos para afrontarlos con éxito.
La formación, el apoyo y el reconocimiento social son claves para incentivar las vocaciones empresariales y, por supuesto, la reducción y eliminación de los obstáculos y trabas administrativas que dificultan la puesta en marcha y el crecimiento de las empresas, obstáculos que, desgraciadamente, son todavía muchos y muy costosos y que mantienen a España entre los países donde más difícil es emprender un negocio.
- ¿Cuál es el libro que recomendaría con los ojos cerrados?
Organizaciones exponenciales, de Salim Ismail.
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