Informes comerciales de empresas: datos clave para tomar una decisión de negocio
La vida está llena de decisiones. La vida de un negocio, también. Se trata de decisiones importantes que repercutirán directamente en el desarrollo de la actividad de nuestra empresa. Decisiones comerciales, en definitiva, que tomamos con la ayuda de recomendaciones, de conocimiento del sector, de intuición empresarial, de consejos de consultoras especializadas o basadas en informes comerciales de empresas, entre otros.
Todas estas medidas nos pueden llevar a hacer crecer significativamente nuestro negocio, a ampliar nuestras alianzas comerciales o a conocer profundamente nuestro sector. Pero también pueden derivar en totalmente lo contrario: llevar a la quiebra nuestra empresa, asociarse con empresas que no cumplen con los objetivos o acuerdos marcados o estancar nuestro propio negocio.
Para conseguir lo primero, lo primordial es que antes de decidir tengamos toda la información pertinente relacionada con lo que queremos llevar a cabo. Hacer un análisis exhaustivo y contar con información fidedigna que nos permita acertar en todas y cada una de nuestras apuestas.
Informes comerciales de empresas, una herramienta fundamental
Una de las herramientas que mejor nos puede ayudar a desempeñar esta tarea son los informes comerciales de empresas. Estos informes son documentos que recogen los detalles y situación de una empresa y todo lo relacionado con ella, pero que tienen su punto de mira en el aspecto financiero.
Desde el número de empleados, problemas con las administraciones o deudas, en estos informes comerciales encontraremos todo lo necesario para hacer una radiografía perfecta de la situación de una empresa.
Entre las funcionalidades de estos reportes destacan algunas características relevantes para cualquier empresa. Es lógico que, por ejemplo, antes de que una empresa solicite un crédito, se compruebe el riesgo de solvencia que tiene. O que, antes de establecer una relación comercial, ya sea con un proveedor o un cliente, se analice si se puede confiar en ellos o cuál es su riesgo de impagos. Por otro lado, es normal también analizar en profundidad el sector en el que operamos para conocer a nuestros competidores.
Si nos atenemos más concretamente al tipo de datos que podemos encontrar en estos informes comerciales de empresas, hallaremos información relacionada con las ventas y facturación de una empresa, sus empleados y su evolución, sus fortalezas y debilidades comerciales, información sobre accionistas e información legal, mercantil y judicial, subvenciones que se le han concedido, análisis completos de la competencia y un completo análisis financiero (balances, cuentas de pérdidas y ganancias, liquidez, pagos, etc).
Y, si queremos diferenciar por tipos de informes según la información que queramos obtener como empresa, podemos encontrar distintas clasificaciones. Esto es, informes de Impagos, con todos los datos sobre la morosidad de una empresa, sus incidencias y pagos, su riesgo de crédito, rating, etc.
Por otro lado, informes financieros, con información financiera, de riesgo crediticio, información judicial y de morosidad, perfil de la empresa e información comercial.
El informe estratégico completo, otro de ellos, cuenta con toda la información esencial para no tener que recurrir a otros informes más extensos (impagos, indicadores comerciales, posicionamiento financiero, riesgo sectorial, ratios y análisis de riesgo, etc).
Y, por último, los informes patrimoniales, donde se puede analizar toda la información patrimonial de una empresa, es decir, con toda la información financiera, registral y comercial.
Con estos 4 informes podrás conocer totalmente a una empresa antes de tomar cualquier decisión que afecte directamente a tu negocio.
Información verídica y real
Los informes comerciales de empresas tienen, además, una veracidad legitimada, ya que provienen de las fuentes de información pública oficiales. De ellas se extraen los datos con los que se elaboran. Entre estas fuentes encontramos el BORME (Boletín del Registro Mercantil); el RAI, ASNEF o el Badexcug (correspondientes a listas de morosidad); o boletines oficiales como el BOE (Boletín Oficial del Estado) o el BOCM (boletines autonómicos y provinciales).
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