La importancia de llamarse Ernesto, o Google, o Microsoft, o eInforma…
La famosa obra de Oscar Wilde de 1895 reflejaba la vida de dos hermanos: uno de ellos ficticio, llamado Ernesto, consigue conquistar a Gwendolen gracias a que es Ernest (se pierde en la traducción el doble sentido de Ernest, que suena a “serio” o “formal”).
Esta gran obra refleja una de las grandes verdades del marketing de las PYMEs, como es la importancia del nombre o la marca con la que comercializas tus productos. Los pequeños empresarios suelen poner a su empresa su nombre propio, o su nombre familiar, o bien los nombres de sus hijos.
¿Es tan importante la razón social de una empresa a la hora de crear negocio, o de conseguir nuevos clientes? Personalmente creo que sí, sobre todo cuando alcanzamos ciertos niveles de negocio donde es necesario conseguir nuevos clientes más allá de los clientes más allegados.
En la historia de la pyme o de un autónomo llega un momento que hay que dar el paso, y, para incrementar las ventas, tienen que crear marca. La creación de una marca es una tarea compleja, que contiene muchos pequeños tareas que hay que pensar: nombre, imagen, publicidad, material promocional, etc. Pero todas ellas son fundamentales.
Hoy en día, además, una marca no se sustenta sólo con lo que ponga en la OEPM, una marca debería estar presente los medios digitales, lo que se llama darle una identidad digital a tu marca para que las experiencias que tengan online y offline sean coherentes. Chema Martínez Priego ha hablado de cómo se crea una identidad digital de una marca.
Conocemos casos donde la marca comercial de la empresa es el propio nombre del emprendedor o empresario y que se han situado como empresas punteras del sector, son típicos en casos de moda, zapatos, peluquería… en sectores donde el producto o diseño final sea una verdadera creación personal del emprendedor. Pero podría ocurrir, que la empresa que ha llevado tu nombre, te despida, como ocurrió en el caso Llongueras.
Mi consejo es que una marca se aleje del nombre del emprendedor, empresario o familiares. Son sabidos casos donde esto no se ha cumplido al 100% pero por lo menos se ha disimulado. Danone, por ejemplo, era el diminutivo que tenía el hijo de Isaac Carasso (se llama Daniel) cuando fundó una pequeña fábrica de yogures en 1919.
Si desea consultar una empresa según su marca comercial, puede hacerlo a través del buscador de empresas. Y si desea registrar una marca o nombre comercial que le ayude en su negocio, podrá hacerlo a través de la oficina de patentes y marcas .
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