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A fondo

Agotamiento o burnout en el trabajo

29 noviembre, 2021

Desgaste laboral, burnout, agotamiento, estar quemado… Tipificado como síndrome, está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), que entrará en vigor en enero de 2022.

Evolución

La primera referencia que tenemos del concepto burnout es del año 1974, de la mano de Herbert Freudenberger, en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement”.

En líneas generales, este síndrome es un trastorno serio consecuencia de un estrés laboral crónico generando, entre otros, agotamiento emocional y cambios de actitud (cinismo, distanciamiento en relación con el trabajo, sensación de ineficiencia y de incapacitación, etc). También existe una disminución en las competencias comunicativas.

La inclusión de este síndrome de burnout en la clasificación de la OMS consigue el reconocimiento del desgaste profesional como un problema de salud mental y una patología psíquica.

Síntomas

Los síntomas más comunes del agotamiento laboral son:

Alienación de toda actividad vinculada con el ámbito laboral

Cualquier tema o situación relacionada con el trabajo implica estrés y frustración, llegando a comportamientos cínicos y de distanciamiento emocional.

Síntomas físicos

La cronificación del estrés se somatiza físicamente y puede generar la aparición de alteraciones psicosomáticas como dolores musculares, migrañas, problemas gastrointestinales.

Agotamiento emocional y mental

Este agotamiento provoca que el trabajador se sienta agobiado, cansado o incapacitado para hacer frente a situaciones laborales. Otras posibles consecuencias son la ansiedad, la depresión y el insomnio.

Bajo rendimiento y desmotivación

El burnout puede ser inhabilitante para las tareas comunes en el trabajo, e incluso en las del hogar. Esta situación conlleva dificultad para concentrarse y disminuye la creatividad individual, junto con la desmotivación laboral y la falta de realización personal en el trabajo.

Cambios en el comportamiento

La persona que sufre burnout tiene cambios en su comportamiento. Una actitud de indiferencia, desapego o mínimo compromiso hacia el trabajo es bastante común.

De hecho, en las relaciones humanas laborales se puede apreciar irritabilidad y un trato endurecido, aunque este comportamiento puede extenderse más allá del ámbito profesional.

Perfiles laborales con riesgo mayor

Las posibilidades de padecer burnout son mayores para ciertos trabajadores cumplan con algunas de estas características:

  • Se identifican fuertemente con el trabajo, hecho que provoca un desequilibrio con su vida personal
  • Asumen más tareas y funciones de las recomendadas o que no corresponden con su cargo
  • Desarrollan trabajos que los vinculan a servicios directos con los clientes
  • Presuponen que tienen poco control sobre su trabajo
  • Además, llevan a cabo tareas especialmente monótonas

Causas

Las causas del síndrome de burnout pueden ser diversas, aunque pueden circunscribirse en dos grandes ámbitos:

Factores de riesgo personales

  • Baja tolerancia a la frustración
  • Dificultad para gestionar el estrés
  • Circunstancias personales estresantes o de preocupación; una sobrecarga emocional
  • Desequilibrio entre el trabajo y la vida privada

Factores vinculados a la organización

  • Sobrecarga en funciones y responsabilidades
  • Ambiente laboral deteriorado, junto con jornadas laborales largas
  • Fallos en el liderazgo organizacional
  • Falta de soluciones, recursos y expectativas laborales

Hacerle frente

Con este síndrome resulta importante tener presentes ciertas medidas preventivas, que serían similares a las necesarias para el manejo de situaciones del estrés laboral.

Pero en el caso de que el síndrome ya sea una realidad, es necesario revertir dicha situación. Para ello, resultará básico identificar y modificar las condiciones laborales que puedan ser causantes. Y en los casos agravados, incluso se recomienda la reubicación del trabajador, junto con asesoramiento psicológico o acompañamiento para la reeducación de los hábitos negativos adquiridos.

Por último, es importante que la dirección de la organización evalúe y proteja al trabajador ante el burnout, consiguiendo que los miembros de los equipos sean trabajadores eficientes motivados y sanos. Cierto es que el burnout está adquiriendo una relevante dimensión social a causa del elevado coste económico y personal que presenta.

 

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