Qué es el interés simple y el interés compuesto
El actual entorno económico está imponiendo como medida de retención de la inflación las subidas de interés simple y compuesto. Si hay menos dinero disponible, se contrae el consumo y, con ello, la demanda, que es la que impulsa la subida de precios.
Recordemos algunos conceptos básicos sobre los términos de interés simple y el interés compuesto, así como sus fórmulas para calcularlos y sus principales diferencias.
¿Qué es el interés simple?
Si nos dirigimos a una entidad financiera, ya sea para abrir una cuenta o bien solicitar un préstamo, nos van a ofrecer en sus condiciones un tipo de interés, ya sea interés simple o interés compuesto.
Y es lógico que en la negociación se establezca el tipo de interés, es decir, el precio del dinero.
Esto es lo que nos van a dar por un dinero que dejamos al banco con un depósito o imposición, o bien, lo que nos van a cobrar porque el banco nos lo financie, ya sea en préstamo o póliza de crédito.
¿Qué es el interés compuesto?
Sin embargo, cuando hablamos de interés compuesto hacemos referencia a los intereses que hay que pagar o cobrar sobre una cantidad inicial, más los intereses que se vayan acumulando.
Suponiendo un depósito en cuenta sobre el que se pactó un tipo de interés compuesto por un plazo, al final de ese tiempo, en la cuenta aparecerá el capital inicial del depósito más sus intereses.
Pero si no se retiran los intereses, el capital del segundo año será el inicial incrementado en los intereses del primero, y así sucesivamente. Es decir, se van acumulando.
Cómo se calculan
Para entender con claridad cómo se calculan ambos tipos de intereses, utilizaremos dos sencillos ejemplos.
Por un lado, el interés simple del dinero es lo que nos va a rentar la imposición de un depósito.
Lógicamente va a depender de tres variables: la cuantía que depositamos (C capital), el tiempo que vamos a tardar en retirarlo (t tiempo) y el tipo de interés que nos han ofertado (r %).
Así, el cálculo del interés simple, o rentabilidad que nos van a ingresar anualmente va a ser:
i= C*r*t
Ejemplos de cálculo de interés simple
Si hacemos una imposición de 1.000 euros, para devolver en 4 años y a un tipo del 3%, nos van a rentar unos ingresos de:
- Año 1 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
- Año 2 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
- Año 3 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
- Año 4 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
Total al final de los 4 años:
Tendremos de intereses i = 120 = 1.000*0,03*4
Y el total de la imposición será de 1.120 € (1.000 €+ 120 € de intereses)
Ejemplos de cálculo de interés compuesto
Pero si no retiramos los ingresos percibidos por periodo y vamos dejando que se acumulen a la cuantía inicial, la rentabilidad sería la del interés compuesto:
- Año 1 = 1.000,00 € *0,03 * 1 = 30,00 €
- Año 2 = 1.030,00 € *0,03 * 1 = 30,90 €
- Año 3 = 1.060,90 € *0,03 * 1 = 31,82 €
- Año 4 = 1.092,72 € *0,03 * 1 = 32,78 €
Es decir, que al final de los 4 años de interés compuesto tendremos:
Intereses acumulados: 125,50 €
i = 1.000*(1+0,03)4 – 1.000 = 125,5 €
i = C*(1+r) -C4
Y el total de la imposición será de 1.025,5 € (1.000 € + 125,5 € de intereses)
Por otro lado, el cálculo del interés compuesto resulta más útil cuando lo que se quiere calcular es el capital que queremos acumular al final del periodo. Principalmente cuando estamos calculando cuál sería un montante ahorrado en unos años.
Capital Final = C*(1+r)t
En nuestro ejemplo anterior 1.025,5 € = 1.000 (1+0,03)4
Diferencias entre el interés simple y el interés compuesto
Por el momento, las entidades financieras sí que están siendo sumisas a las directrices que vienen del Fondo Monetario Internacional, y de ahí que estemos viendo como van al alza los intereses a devolver de los préstamos revisados en su tipo de interés establecido.
Sin embargo, esa sensibilidad en el sentido de remuneración por los depósitos, sigue siendo inalterable manteniéndose en los mínimos.